Los implantes dentales son una solución segura y duradera ante la pérdida de uno o varios dientes. En la actualidad los implantes están fabricados en titanio puro y actúan como sustituto de la raíz del diente. Una vez que los implantes se integran con el hueso, darán soporte a las nuevas prótesis o coronas unidas a ellos, dando el aspecto de un diente natural.
La colocación de los implantes se realiza con anestesia local y es indolora. La duración de la intervención varía en función de su complejidad (número y localización de los implantes, volumen de hueso disponible, etc.).Una vez colocados los implantes, comienza la fase de cicatrización. El hueso se regenerará alrededor del implante en un proceso indoloro. Esta fase se denomina “osteointegración”, y es necesaria para soportar la colocación de nuevos dientes y asegurar una total estabilidad. Durante este periodo es posible colocar una prótesis provisional por motivos estéticos.
Cuando termina la fase de cicatrización, el facultativo y el protésico dental fabrican una prótesis (diente artificial) a partir de las impresiones. A continuación esta prótesis se fija sobre el implante por medio de un pilar.Es importante tener en cuenta que sobre la evolución del tratamiento con implantes influyen muchas características inherentes al paciente (estado de salud, masa ósea disponible, factores de riesgo, etc.). Por eso la duración del tratamiento puede oscilar entre tres y nueve meses, dependiendo de si es un tratamiento sencillo o más complicado.